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GUERRERO

           
En el estado de Guerrero conviven de manera importante variadas etnias cuyas expresiones lingüisticas y culturales le han dado a la región una imagen muy especial. Mixtecos, nahuas, amazugos y tlapanecos comparten la tierra con una importante cantidad de mestizos y otros grupos de descendencia africana salpicados de elementos mestizos.

Así pues el raro mosaico de los municipios debe sumarse a las más de 20 lenguas distintas y repartirse en las siete regiones que son: la Montaña, el Norte, el Centro, Acapulco, la Costa Chica, la Costa Grande y Tierra Caliente.
Tal diversidad sólo deja en claro que la expresión cultural indígena en el estado manifiesta esta diferencia en las distintas formas de expresión. Muchas de ellas revisten el mismo sentido, pues provienen más o menos de las mismas raíces y su profundo contenido religioso es innegable. 

Así podemos destacar tal vez, entre las festividades más importantes, a la de la Semana Santa en la ciudad de Taxco, doloroso espectáculo realizado con la asistencia de personajes que forman parte de cofradías y hermandades para auto flagelarse y sentir en carne propia el dolor del maestro en su pasión y muerte.

Estas son algunas de las principales Festividades en el Estado de Guerrero:

Acapulco: 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe. Se realizan procesiones y una guerra de flores.

Ciudad Altamirano: 15 d agosto, fiesta de la Asunción de la Vírgen. 12 de diciembre, fiesta de la Vírgen de Guadalupe, celebración con procesiones y danzas de Pastoras, Moros y Tecuanes.

Atoyac de Juárez: 1 y 2 de noviembre, festejos y velación en el cementeri. 12 de diciembre, procesiones y danza de Pastoras.

Chilpancingo: 15 de mayo, fiesta de San Isidro. 13 de junio, fiesta de San Antonio en el barrio del mismo nombre, con música y fuegos artificiales.

Iguala: 1 y 2 de noviembre, conmemoración de todos los santos y fieles difuntos. Semana Santa con bailes, música y procesiones.

Ixcateopan: 1 de enero, festividad en honor del Santo Niño de Atocha con procesiones y danzas. 18 de octubre, fiesta de San Lucas, bailes de Moros, Tecuanes y música.

Taxco: 17 de enero día de San Antonio Abad, con la bendición de animales en el atrio de la parroquia. 18 de enero, festividad patronal de San Sebastián y Santa Prisca con una gran feria, música y fuegos artificiales




Cultura

En materia de cultura, Guerrero posee influencias purépechas (Costa Grande y Tierra Caliente), matlazinca (Tierra Caliente), Tlahuica (Norte y Montaña), tlapaneca (Montaña) y yope (Costa Chica). Las influencias culturales de olmecas, teotihuacanas, mayas, purépechas, toltecas y mexicas se manifiestan en sitios arqueológicos como Teopantecuanitlán, Tepolzis, Tixtla, Huamuxtitlán, Ixcateopan, La Organera, Xochipala, Cuetlajuchitlán y Palma Sola.

También es un estado rico en artesanías. Destacan la alfarería, textiles de lana y algodón, madera, talabartería, y metalistería en Costa Grande. Tierra Caliente posee alfarería y orfebrería. La Sierra del Norte textiles en lana y algodón, madera, talabartería y orfebrería. Costa Grande tiene talabartería y la Montaña textiles de lana y algodón, madera y talabartería. Por otra parte, existen grupos culturales como grupos de danza mestiza, así como compañías teatrales destacadas como la compañía "Azul Montaña", proveniente de la ciudad de Atoyac de Álvarez, Guerrero.





Arquitectura

Arquitectura Turística en Guerrero. En la guía de emociones es imprescindible rescatar estampas de la imagen de Taxco, ciudad de la plata y el barroco, captadas por don Manuel Toussaint en 1931: “Imposible imaginar seres más caprichosos, más  locos que las calles de Tasco. Odian la línea recta por su fealdad matemática; detestan la horizontal por su falta de espíritu. Aquí, en Tasco, las calles avanzan, suben, descienden, tuercen a la izquierda, después a la derecha; de pronto se encabritan en una barranca, o se arrepienten y regresan al punto de partida ¿Quién dijo que las calles fueron inventadas para ir de un sitio a otro, o para dar salida a las casas? Las calles de Tasco existen como entes de sinrazón, lo cual justifica su existencia más que si lo fuesen de razón. Algunas son puramente decorativas como el espacio que se abre, hacia algo desconocido, entre los bastidores de una trascendental decoración de teatro. Otras quieren ceñir a la población, víboras rellenas de plata alrededor del abdomen excesivo, y renuncian, desmayan lánguidas y se pierden en la ladera de un cerro. Después inventan un pretexto para reanudarse, pero no donde debieran, sino en el sitio que a su pereza conviene.
                                                                         
                                                                   
Musica

             El Estado de Guerrero es pródigo en música folclórica y en los últimos años también ha destacado con temas románticos y modernos, que se refieren al amor, al terruño, a la naturaleza, a personas y hechos propios de la idiosincrasia guerrerense. 




        
Dentro de los compositores guerrerenses más conocidos tenemos a Margarito Damián Vargas (odas de pacífico); Antonio I. Delgado (vals Río Azul); José A. Ocampo (Teopacalaquis); Aurelio F. Galindo; Vidal Ramírez (No vuelvo amar); José Agustín Ramírez (Acapulqueña); Jesús Bañuelos (Marcha felicidades); José Castañón (Tierra Colorada); Juan Bartolo Tavira (Son la Tortolita); Manuel Terán (Pedazo de mi vida); Francisco Padilla (Viva Guerrero); Isaías Salmerón (Son El Huisache); Ezequiel Cisneros (Cerca del Mar); Bolívar Gaona (Zirándaro); Manuel Villela (Michoacán y Guerrero); Héctor Cárdenas (Chilapa), Tadeo Arredondo (Atolito con el Dedo), Roberto Belester, entre otros.
  
                                                      
                                                         
     


Gastronomía


En Chilapa se preparan deliciosos platillos franceses que llevaron las monjas del “Verbo Encarnado” en el siglo XIX y enseñaron a las alumnas de su Colegio. Todas las regiones tienen platillos especiales que preparan las familias y ofrecen a sus invitados: salsa y mole de jumil, en Taxco; tamales de fríjol, calabaza o ciruela, en Tepecuacuilco; pichones y codornices en Iguala; adobo de cochinita, en Huitzuco; panques de arroz y mantequilla, en Teloloapan; chalupas fritas cubiertas de carne deshebrada, cebolla y salsa de chipotle, así como gallina rellena, en Chilapa; fiambre, especia y barbacoa, en Tixtla; pulpo enamorado y camarones a ajillo, en Acapulco; caldo de langostinos, de iguana cuatete en Costa Chica; pescado a la talla y relleno de puerco en Costa Grande; mole de iguana o de armadillo en Tierra Caliente; totopos y barbacoa de chivo, en La Montaña. En todo el Estado se preparan barbacoas de res, chivo, carnero y pollo; arroz y verduras en variadas combinaciones.





Veracruz





Arquitectura de Veracruz

Palacio del ayuntamiento: en la ciudad de Veracruz, edificio construido durante el siglo XVIII, uno de los monumentos de la colonia mejor conservados del país, continúa siendo el centro político de la vida social veracruzana.

Palacio Municipal Boca del Río: es de arquitectura blanca y colonial así como su plaza de armas.

Palacio de Gobierno(Xalapa): en el centro de Xalapa, es uno de los edificos más bellos y vistosos de la ciudad. Construido en piedra de cantera rosa al estilo neoclásico. Su construcción se comenzó en 1855 sobre el predio que había ocupado la Parroquia de la Inmaculada Concepción, construida a su vez en 1641.

Sobre su fachada lateral se aprecian tallados en relieve, los escudos de Veracruz, Xalapa, Córdoba y Orizaba. El edificio representa el centro político de la ciudad y el estado de Veracruz.


  • Palacio municipal de Córdoba:construido en 1905.
  • El Palacio Municipal de Coatapec.
  • Palacio Municipal de Orizaba: hermosa estructura de hierro fabricada en Bélgica y transportada en barco para después ser armada allí. 

El edificio es de estilo art nouveau y se inauguró en 1894. S eubica en Francisco I. Madero y Ave. Poniente, Orizaba. En el edificio se exhibe un mural histórico de José Clemente Orozco.




                                                  


Danzon





La música popular de las costas del Golfo de México particularmente la de Veracruz muy pronto se vio enriquecida con el danzón, y no fueron pocos los compositores, músicos y bailadores que se asimilaron a tan agradable género tropical, mismo que arraigo definitivamente conservando los elementos originales de estructura y ritmo con su típico pero adquiriendo, a su vez, características locales.

La danzonera aumento paulatinamente su dotación instrumental incorporando, en la sección de maderas: saxofones altos, saxofones tenores y, en forma muy destacada, el saxofón barítono, sin menoscabo de emplear, ocasionalmente, el sax soprano; en los metales, se aumenta el número de trompetas y trombones y se sustituye el bombardino por el fingle, actualmente en desuso. Persisten violines y el contrabajo, asimismo, las percusiones básicas de los timbales y el güiro que se complementan de ordinario con claves.

Hasta la fecha, en el puerto de Veracruz goza de gran fama el barrio de, sobre la intersección de las calles de Manuel Doblado y 1° de Mayo, donde los jarochos bailan el danzón con mayor propiedad, hasta en la vía pública durante el Carnaval, y de continuo, en el aledaño - no menos famoso salón de fiestas del Sindicato

                   

TRAJES TIPICOS



  traje tipico jarocho
 

El atuendo típico de la mujer jarocha consta de blusa y falda más otros elementos .

La blusa jarocha es blanca con cuello rejillado (formando rejillas). El rejilllado del cuello remata con un encajillo deshilado(1) en la parte de abajo. Sobre la blusa, se lleva una mantilla de tul o algodón con bordados de gran belleza.

La falda es blanca, sin magas, ancha y oleada, con incrustaciones de encaje valenciano, normalmente es de organdí suizo: lleva dos o tres holanes listados.

La falda tradicional no lleva grecas(2), en la parte de atrás lleva una ligera cola. Si es para ballet la falda es redonda y lleva mucho vuelo, si es de gala lleva solamente seis piezas, no demasiado vuelo y termina en una ligera cola.

Sobre la falda se agrega un delantal o mandil pequeño, de terciopelo negro con flores bordadas.

El atuendo se complementa con un chal de seda, de corte llamativo, que puede ser blanco, azul o amarillo.

Se trata de un conjunto vaporoso y de suave frescura.

Los zapatos deben ser blancos. Los adornos finales son un abanico adornado con encaje, cadenas de oro al cuello y pulseras en las manos, además de un rebozo enredado en los brazos.

La cabeza está coronada con una peineta de carey y una cinta anudada en forma de moño, del mismo color del rebozo y de las flores de ornato, así como de un ramillete de cuatro rosas naturales que indican el estado civíl; si es soltera va de lado izquierdo, si es casada del lado derecho.


GASTRONOMIA


                 
  
Mariscos

 Aromas, sabores, colores, tradición... eso y más nos presenta la gastronomía veracruzana, que desde la Huasteca con sus exquisitos pescados y mariscos, la Vainilla en el Totonacapan, el humeante y rico Café en el Centro hasta lo más exótico en Los Tuxtlas, Veracruz invita conocer a su gente a través de los sabores de los diferentes y variados platillos que forman parte de la cultura, mezclando ingredientes y formas de preparación, pero sobre todo, siendo el motivo para convivir y disfrutar.
                        
                                                                


Oaxaca



                                

                                                       Cultura

  Oaxaca florece una diversidad de culturas, espejismo de toda una sociedad dónde bifurca el imperio con la costumbre. Posee una entrada constante de turistas, y en la zona centro se colinda el espacio surreal entre lo tradicional, lo novedoso y lo pragmático de esta esencia. En esta ciudad habita toda una diversidad de creencias que se amalgaman con una expectativa cultural diversa.
Se encuentran diversos sitios de interés popular, así como museos y galerías en cada esquina del centro. Oaxaca posee una de las mejores bibliotecas sobre pintura a nivel Latinoamérica: BIAGO (Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca), así como un museo de los pintores oaxaqueños (MUPO), museo de la filatelia (MUFI), museo textil, museo de Santo Domingo y una infinidad de proliferaciones en aporte a la misma dinámica cultural: intercambio entre lo onírico .



                                                     

                                                           Arquitectura

  El convento de Nuestra Señora de la Asunción se edificó en 1548 y parece ser el más antiguo. Fue construido gracias al empeño de fray Gonzalo Lucero, uno de los grandes evangelizadores de esa zona. Su portada, sobria y elegante, es semejante a las de los conventos de Tepeji del Río y de Tula, en el estado de Hidalgo. Tiene un arco ornamentado, como las jambas, con casetones. El arco está flanqueado además por pilastras estriadas, rematadas por perillones sobre la cornisa, donde se eleva un frontón. Esta composición se destaca sobre un gran paramento liso. De factura posterior y decidido acento barroco, una cornisa de perfil mixtilíneo, con un nicho al centro, remata el conjunto. El interior de la nave del templo es de sobria elegancia y se conserva el claustro.

  


Gastronomia

Oaxaca es conocido a nivel internacional por su extensa variedad gastronómica, la gran variedad de condimentación, el sazón y lo que se atribuye a cada región: Tlayudas, Tamales, Tejate, Pozonque, Agua de Chilacayota, de Chía, Memelas, Totopo, empanadas, Quesillo Oaxaca, Chorizo, Cecina, Tasajo, Mezcal, Agua Ardiente, Pinole, pan de muerto Oaxaqueño, Pan de yema, Pan de sal, Chocolate, 7 moles que son el negro, coloradito, amarillo, verde, Chichilo, almendrado y estofado sólo por nombrar algunos, además que es de los estados donde más variedades de insectos se consumen, como los chapulines, los gusanos de maguey y las Chicatanas (hormigas). Y en sus ocho regiones, el sazón es distinto e inigualable, uno distinto del otro, pero igual de maravillosos en variedad de sabores, aquí el cocinar es un arte que se pasa de generación en generación. También varía la sazón de acuerdo a los animales y plantas de la región, como en la Mixteca que es una región árida, la comida es a base de granos, como el trigo y con poca carne.  



                     
Musica

Bandas de viento en la Sierra; sones y jarabes en la Mixteca; chilenas en la Costa; sones y huapangos en la cuenca del Papaloapan con acompañamiento de arpa y jaranas, música de marimba en el Centro; canciones zapotecas en el Istmo; y la canción mixteca es la más reconocida, junto con el himno de Oaxaca, el vals Dios nunca muere, del compositor Macedonio Alcalá, con bandas como las de Tlaxcaltepec o Aguatlán mixe que son del municipio de Cacalotepec.
Entre los músicos destacados del estado encontramos al ilustre Macedonio Alcalá (1831-1869) nacido en la Ciudad de Oaxaca el 12 de septiembre de 1831, fue el tercer hijo del Sr. D. Gabriel Alcalá y de su esposa doña Tomasa Antonia Prieto. Entre sus composiciones de las que hoy tenemos conocimiento (aunque no conocidas por todos) están "Marcha fúnebre", "Sólo dios en los cielos", "El Cohete" y "Ave María". Esta última una obra para dos voces. Y La que es considerada el himno de los oaxaqueños “Dios nunca muere”.





                                                                                   

 Yucatan




CULTURA

Arquitectura
La mezcla del origen indígena y la influencia hispánica caracterizan a las manifestaciones arquitectónicas de Yucatán, compartiendo el espacio urbano con las influencias de otras culturas como la mexicana, la francesa, la italiana y la estadounidense.

Desde la fundación de Mérida hasta la época contemporánea, se han clasificado cinco periodos diferentes de la arquitectura regional: el periodo colonial, el periodo del porfiriato, el post-revolucionario, el moderno y finalmente el periodo contemporáneo; todos ellos visibles en las diferentes construcciones del territorio yucateco.


Gastronomia




    La gastronomía yucateca tiene un sabor diferente a la del resto de México y ha sido clasificada de tener una de las gastronomías más completas. Los condimentos son un fundamento característico, el agua de la región también influye y desde luego los ingredientes mismos son determinantes en el gusto de los platillos de Yucatán. Estos tienen influencia de la cocina original maya, sobre todo el vínculo con el maíz que fue la base de la alimentación del pueblo maya.




Musica



En lo que respecta a la música, la trova yucateca es uno de los principales géneros musicales en Yucatán que surgió en las primeras décadas del siglo XX. Una distinción particular de la trova yucateca es su diversidad de armonías de guitarra y voz, así como por sus ritmos, entre los que destacan el bolero, bambuco, clave entre otros. Algunos de estos ritmos reflejan las interacciones culturales del estado con países caribeños, sudamericanos y europeos, que han adaptados sus ritmos en una forma particular identificándose como yucatecos.
La jarana yucateca es un género musical que algunos consideran adaptación local del fandango y a la jota aragonesa, introducida durante la época colonial, que se ha bailado por generaciones en las fiestas populares llamadas vaquerías. Hay una gran variedad de bailables que se acompañan con la música de la jarana; entre ellos destacan la danza de las cintas y la danza de la cabeza de cochino





La religión ha tenido un papel preponderante en la historia de Yucatán. Desde luego, en el proceso de la conquista española por la acción de los misioneros franciscanos; en el largo período de colonización durante el virreinato en que el poder público (administrativo y militar) se apoyó para ejercer control en las estructuras eclesiásticas; y una vez más, durante la independencia de Yucatán, cuando muchas de las ideas liberales fueron conducidas y esparcidas por los reductos (sanjuanistas) de la propia iglesia. Por estos antecedentes históricos la población yucateca es mayoritariamente católica, en un fenómeno paralelo al que se dio en otras regiones de México.

No es ajeno a todo esto el que el 11 de agosto de 1993, el papa Juan Pablo II visitara Yucatán, en su tercer viaje a México, y fuera recibido multitudinariamente. Un encuentro con tres mil representantes de América Latina, una entrevista con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y una comida con los obispos de México, fueron algunas de sus actividades en el territorio yucateco.



Tamaulipas





Cultura

Las regiones culturales de Tamaulipas se dividen tradicionalmente en Norte, Centro, Suroeste (Antiguo Cuarto distrito) y costa sur o región huasteca. En Tamaulipas, la cultura mestiza derivó en varias manifestaciones culturales. En el Norte se presentan características culturales similares al de las entidades del noreste mexicano: La polka, la redova, el chotis, ritmos europeos que llegaron allí durante el Siglo XIX y que han tomado cartas de naturalización en la región. Actualmente la fusión de la música norteña con otros ritmos modernos como la cumbia, la música de banda y el corrido postrevolucionario se han extendido por todo el país, conocida como el movimiento de la música grupera.



En la región huasteca se practica el huapango, tocado generalmente por trovadores. Desde el 2000, el Gobernador Tomás Yarrington, inició varios festivales culturales que se han mantenido y que se cuentan entre los principales de México. El Festival Internacional Tamaulipas que es paralelo al Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, y que se hizo de acuerdo a las tradicionales fiestas de octubre en honor de la creación de la capital del Estado, se desarrolla un amplio programa de actividades con más de 650 eventos artísticos y culturales, presentando artistas de talla local, nacional e internacional, presentando conciertos de ópera, danza clásica, teatro, música popular, exposiciones etc.








Trajes Tipicos




Hay una prenda de vestir con la que en todo México se identifica a los tamaulipecos: la cuera. Es un artículo que a lo largo y ancho del estado se usa como prenda de gala para asistir a una fiesta, para bailar y tocar música o para un desfile. Se le puede ver tanto en Ocampo como en Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros, Reynosa o en Nuevo Laredo; es, sin lugar a dudas, el vestido típico tamaulipeco.


Gastronomia







La gastronomía de esta región es rica y variada, en la que destacan productos como el maíz, carnes donde hay que mencionar al famoso cabrito, la carne seca, cerdo, pollo y venado, y los pescados y mariscos donde se encuentran la negrilla, el róbalo o el huachinango.

Entre sus platos típicos hay que destacar el cabrito al pastor, cabrito al horno, parilladas, gorditas rellenas, tamales de cerdo, asado de puerco, carne asada a la tampiqueña, carne seca con huevo. Además se elaboran excelentes platos con pescados y mariscos como los cebiches, sopas de mariscos, las jaibas rellenas, salpicón de jaiba, camarones elaborados de muy diferentes maneras como por ejemplo escabeche de camarón o camarones en su jugo, además de los pescados anteriormente nombrados, la negrilla, róbalo y huachinango.

En cuanto a los postres destacar el pemole, que son rosquillas de harina de maíz, gorditas endulzadas con piloncillo, el camote con piña, las frutas cristalizadas y la cocada con piña y nuez.

Bebidas típicas de esta región son el agua de Huapilla y el mezcal.





Baja California



El intenso intercambio cultural entre bajacalifornianos y norteamericanos fronterizos ha dado como resultado una cultura predominantemente mexicana, pero única en su género.

La evolución de esta sociedad, orgullosa hoy de su identidad y de su tierra, la encontramos principalmente en sus expresiones artísticas. El arte del colectivo Nortec es resultado de la fusión de sonidos tradicionalmente mexicanos – ritmos norteños, elementos de la tambora, del jarabe tapatío, etc con los modernos sonidos techno-dance. Esta original mezcla descubre la nueva cara de la cosmopolita y creativa juventud de Tijuana y Ensenada.

 El renacimiento de la otra sociedad perdida, pide al escéptico visitante olvidarse de los estereotipos y prejuicios, “olvídate de las…calles sin asfaltar, narcos, burros. Olvídate del peligro, del temor de la preocupación” reza la presentación al internacionalmente aclamado volumen 1 de Nortec Collections.

Su más reciente creación es la publicación del libro “Paso del norte, This is Tijuana!”, un libro que contiene la crítica social que los jóvenes bajacalifornianos del siglo XXI hacen de la cultura de miedo, narcos y violencia que ha caracterizado a la frontera a la que pertenecen.


Al mismo tiempo, la modernización de las ciudades fronterizas del estado ha colaborado a cambiar los estereotipos ofreciendo un ambiente atractivo tanto para los inversionistas extranjeros como para los turistas que buscan deleitarse de la riqueza cultural y natural que tienen por ofrecer.


GASTRONOMÍA

¿Quién no ha probado alguna vez la internacionalmente famosa Ensalada César? ¿Las refrescantes Margaritas? ¿El rejuvenecedor Clamato? Pues estas son las contribuciones más famosas de la cocina bajacaliforniana para el mundo.

Con el objetivo de mantener viva la cocina tradicional del estado, el gobierno organiza frecuentes Festivales Gastronómicos, en los cuales es posible degustar exquisitos platillos de mar como la langosta estilo Puerto Nuevo, la paella de Ensenada y los taquitos bajacalifornianos de pescado. Sin olvidar los vinos de la región Bordeaux mexicana, el Valle de Guadalupe.


Como dato curioso, en la capital del estado, Mexicali, la comida tradicional es la comida china; por lo que numerosos restaurantes de esta comida ofrecen al paladar del visitante deliciosos platillos asiáticos.


ARTESANÍAS

Las diversas etnias – Pai-Pai, Kumiai, Cucapás, que habitan la región se dedican a elaborar ancestrales productos artesanales como son vasijas de barro, muñecas, juguetes de madera, cestos aromáticos de hoja de sauce y faldas de corteza de sauce.


Baja California Sur


La gran influencia que la evangelización católica ejerció en la formación de tradiciones y celebraciones que con orgullo festeja el pueblo de México, podemos observarla hoy en las fiestas del santo patrono de cada pueblo y ciudad sudcaliforniano. Debido a que la invasión del hombre europeo durante la conquista española trajo consigo enfermedades desconocidas para las etnias indígenas que poblaban la región, estos resultaron casi exterminados desde finales del siglo XVI; y los rastros de sus costumbres y tradiciones se perdieron por completo con la imposición evangélica de las misiones católicas que ahí se instalaron.



Durante las fiestas patronales, muchos bautizos y primeras comuniones son celebrados alrededor del bullicio generado por la música del mariachi y los bailes populares, las peleas de gallos y las carreras de caballos. Para cerrar con broche de oro disfrutando de sendos banquetes de típicos platillos mexicanos como la carne asada en leña de mezquite, los tamales, las tortillas de harina y la barbacoa.

Algunas de las festividades más grandes o destacadas son las fiestas patronales de San José del Cabo, San Francisco Javier, San Bartola, Santa Rosalía, La Purísima, Miraflores y Todos Santos.


La cultura del deporte en el estado es también una tradición. En él se celebran las Olimpiadas de Baja California, sin embargo, en los últimos años esta área había quedado rezagada en cuanto a desarrollo de infraestructura y promoción principalmente. A inicios del año 2007, el gobierno estatal anunció un proyecto de impulso al deporte en un plan de desarrollo de cuatro años. En éste, está contemplada la construcción de una unidad deportiva con estadio de fútbol en Cabo San Lucas con capacidad para 10,000; una pista de atletismo para Comondú; la unidad deportiva de Guerrero Negro; entre otras. Así como el desarrollo de los deportes acuáticos que pueden ser realizados en la Bahía de La Paz, tales como remo, canotaje, vela, veleo, etc

Sonora

A pesar de la escasa población indígena que actualmente se conserva en el estado, muchas de las tradiciones de los antepasados sonorenses se mantienen vivas gracias a los descendientes de las tribus originales. Tal es el caso de los guarijíos, quienes celebran dos grandes fiestas a lo largo del año, la cava-pizca, en honor al ciclo agrícola terminado y por la buena fortuna del que está por comenzar, y las tuguardas, las cuales significan el pago de los pecados de los hombres y mujeres de la comunidad.


Los indios Pápago elaboran “coritas” o cestas de palmillo o torote a lo largo del desierto sonorense y del vecino estado norteamericano de Arizona. Además, durante el plenilunio de junio danzan toda la noche para pedir por las lluvias en el ritual de la Vikita.

Al igual que la mayoría de las tribus mexicanas, los Pimas festejan en grande sus fiestas religiosas. Durante la celebración del Yúmare por ejemplo, los hombres toman máiz fermentado y los cantantes pascola y las mujeres danzan por 4 noches alrededor del fuego para asegurar una buena cosecha del maíz.


Una de las danzas más representativas del estado, y orgullo de toda su gente, es la Danza del Venado. Creada por la tribu yaqui que habita el sur del estado, es llamada también danza Mazoyiwa. La grandiosidad de esta danza proviene de su significado, el cual para los yaquis, es la representación del ideal humano, ya que el danzante es un hombre elegido desde niño para tal profesión y cuya preparación abarca desde la alimentación adecuada para desarrollar un físico ágil y esbelto, hasta los movimientos físicos que emulan los graciosos y delicados movimientos del venado. Así, la ejecución perfecta del venado que lucha por su vida ante el disparo de una flecha mortal resulta en un bello espectáculo realizado al ritmo de la bueja o tambor de agua, el carrizo y los hirukiam o frotadores hechos de varas de brasil.


Esto, representa la gran riqueza cultural que los Yaquis conservan gracias a la valentía y al celo que les ha caracterizado durante la historia de Sonora. Actualmente, 25 mil Yaquis guardan la lengua, tradiciones y cultura que les pertenece; al mismo tiempo que siguen el calendario festivo católico.


Otra particular cultura indígena del estado es la comunidad Seri. Los Seris se destacan por ser la única etnia mexicana que no fue evangelizada por los misioneros católicos. Así, la celebración de sus ritos, mantiene la más pura tradición prehispánica adornada de un fino maquillaje facial, cuyos colores representan los símbolos de la muerte, la suerte y el mar.

Es importante mencionar que las culturas Kikapú y Cucapá, están casi extintas en el territorio sonorense.


Otro aspecto clave de la identidad de cada estado mexicano es la gastronomía. La cocina sonorense combina la gastronomía norteña mexicana con los exquisitos ingredientes obtenidos de las aguas del Golfo de California y de la creatividad de su gente. Visitar Sonora significa disfrutar de carne de res de la mejor calidad en el país preparada en una rica carne asada acompañada de chorizo sonorense, frijoles maneados, caldo de queso y gigantescas tortillas de harina y agua. El desayuno tradicional de machaca con huevo o en taquitos de harina sólo puede ser reemplazado por unos tamalitos de chile colorado o de elote. Durante la época de la pascua católica, la capirotada sonorense constituye un platillo obligatorio. En la costa, el atún estofado como cahuama, los camarones entomatados y la botana de pescado a la mostaza, deleitan hasta al paladar más exigente. Y de postre, las famosas coyotas de Sonora y los buñuelos acompañados de un dulce champurro.

Chihuahua

Las difíciles condiciones de la geografía chihuahuense dieron forma al carácter de sus habitantes, quienes al igual que la mayoría de sus compatriotas norteños han forjado su tenacidad y perseverancia gracias a la dura labor que significa obtener del árido suelo algo de alimento y agua para el sustento de su familia y su ganado. Esto, aunado a la característica hospitalidad y buena disposición de ayudar de los mexicanos, conforman el perfil del afanoso chihuahuense.



Es así que, en un suelo poco propicio para la agricultura, los colonizadores europeos, misioneros e indígenas aprendieron a desarrollar técnicas para conservar los alimentos ya que los periodos de cosecha eran breves y escasos. Así, nacen los chacales (maíz seco), chile pasado, conservas de frutas y frutas deshidratadas, carne deshidratada o cecina, y el famoso “queso ranchero” hecho de leche de chiva o de res. Estos ingredientes adquieren un característico sabor que los diferencia de los naturales, agregando a los guisados chihuahuenses una sazón muy peculiar.
Sin embargo, esto no desmotivó a los habitantes prehispánicos de la zona conocida como Paquimé o de Casas Grandes a desarrollar una gran ciudad con construcciones de hasta 4 pisos hermosamente decoradas con artísticos objetos de cerámica. Además de su desarrollado gusto por la alfarería, se descubrieron grandes jaulas de aves exóticas provistas de calefacción y patios para el juego de pelota.

Por lo que hoy, la sociedad chihuahuense está conformada por grupos indígenas que aún conservan sus raíces y tradiciones muy arraigadas. Actualmente, el grupo principal en número e influencia cultural en el estado es el de los tarahumaras. Habitantes originales de estas tierras, fueron forzados a retirarse a vivir en una porción de las montañas de la Sierra Madre Occidental, hoy conocida bajo el nombre de Sierra Tarahumara. Como sucede en el resto del país, este grupo étnico se encuentra entre los más pobres y marginados del estado. Parte de su economía se sustenta con la venta de sikolís y bitikolís, ollas y vasijas de barro y textiles y joyería de chaquira que ofrecen en sitios turísticos del estado.

Otro grupo cultural de gran influencia en la vida económica y cultural de Chihuahua es el de los menonitas. A principios del siglo XX, obteniendo excepcionales concesiones de parte del gobierno mexicano en turno, el Gral. Álvaro Obregón, llegaron a la comunidad de Santa Clara cientos de familias menonita procedentes de Canadá, pero originarios de Holanda. Su origen europeo, su religión única, la frugalidad que rige cada aspecto de su vida y su característica dedicación al trabajo comunitario llegaron con todos ellos para quedarse; y hoy, Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua es una floreciente comunidad de origen menonita.

Un capítulo vergonzoso y triste no sólo en la historia de Chihuahua sino de todo México, es el de los feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez. A partir de la década de los noventa, el auge económico estadounidense llegó a la frontera mexicana en forma de maquiladoras de exportación que abrieron oportunidades a muchos mexicanos y mexicanas. Las mujeres trabajadoras de Juárez sin embargo, vieron cómo esta oportunidad se convirtió en tragedia cuando a partir de 1993 comienzan a ser víctimas de cruentos asesinatos y misteriosas desapariciones que a la fecha continúan impunes. La trascendencia de esta violencia misógina ha trascendido fronteras. Activistas de los derechos humanos, artistas y políticos del mundo se unen a los clamores de los familiares de las víctimas, quienes reclaman justicia para sus mujeres, para las hoy famosas “muertas de Juárez”. Al respecto, el afamado escritor latinoamericano Carlos Monsiváis ha denunciado la corrupción de las autoridades mexicanas, quienes hoy en día han tenido que hacer grandes cambios en los altos mandos de las autoridades juarenses, asignando por ejemplo, como Fiscal Federal y Procuradora del Estado a mujeres que han decidido trabajar en conjunto con la sociedad civil. La cual está organizada en activas asociaciones como son “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, “Mujeres por Juárez” y “Voces Sin Eco”. En 2007 se anuncia el estreno de la película “Bordertown” o “Ciudad del Silencio” protagonizada por la estrella hollywoodense Jennifer López y que aborda esta trágica realidad.

Coahuila


Las duras condiciones climáticas que imperan en la zona han hecho de los coahuilenses hombres perseverantes y trabajadores. Pero no por eso menos alegres o amantes del color que el resto de los mexicanos.



La elaboración de los coloridos sarapes de lana es un arte traído a Coahuila por los indígenas tlaxcaltecas. Las danzas campesinas que festejan la recolección de sus cosechas como el Jarabe Pateño y la Danza de la Lechugilla, o las adaptaciones de bailes europeos como la Contradanza, Polea, Redova y Chotis, alegran las reuniones coahuilenses.

La gastronomía norteña que predomina en los estados de Coahuila, Chihuahua, Sonora y Nuevo León está compuesta por ricas tortillas de harina, carne asada, carne seca y cabrito al pastor. En Coahuila además, la producción vinícola de Parras viste las mesas con exquisitos vinos y licores de mesa 100% mexicanos. También, en Saltillo la elaboración de cajeta, ate de membrillo, conservas de frutas como guayaba, membrillo, durazno y chabacano, son una tradición generacional


 

Durango


Al igual que sucede con el resto de la cultura mexicana, la cocina duranguense es fruto del mestizaje. El más antiguo y famoso plato de su gastronomía es el Caldillo Durangueño, preparado a base de carne de res, tomate, cebolla y chile verde y condimentado con sal y comino. Su éxito se debe a que los vastos pastizales del territorio promovieron la ganadería de reses y estas se convirtieron en el alimento más barato y abundante.
Algunos platillos españoles que aún se conservan como parte de la cocina en el estado son la paella a la valenciana, callos a la madrileña y fabada de Asturias.

La artesanía como expresión no sólo artística sino también utilitaria se expresa en forma de cestería, el arte de tejer fibras de ixtle, sotol, tule y varas de mimbre, sauce y álamo, para elaborar cestas, bolsas, petates, y otros. La fabricación manual de artículos de cuero y la alfarería se encuentran en los municipios de Durango, Poanas y Villa Unión.

Además, los grupos indígenas de la zona, particularmente tepehuanos, huicholes y tarahumaras, elaboran artículos de consumo interno y como único medio de subsistencia en algunos casos. Los primeros elaboran arcos y flechas y cobijas de lana; los huicholes ofrecen al visitante bonitas bolsas y accesorios de chaquira multicolor.

Un grupo indígena que llama la atención particularmente es el de los mexicaneros, cuyo origen se desconoce y que habitan en las barrancas del suroeste de la Sierra Madre Occidental duranguense. Debido a la ubicación de sus asentamientos, alejada de carreteras y caminos transitados por el hombre moderno, su cultura mantiene fuerte influencia de la cosmovisión mesoamericana. Así, su actividad de subsistencia es la agricultura donde siembran principalmente maíz y calabaza. Y sus manifestaciones culturales giran alrededor de calendario agrícola, en donde los llamados “mitotes” agradecen la cosecha, piden lluvia y bendicen frutos. Estas celebraciones duran 5 días de cada una de las 5 temporadas de cultivo al año. El carácter ceremonial es llevado por un “mayor” cuya preparación de 5 años hace posible que desempeñe el papel de director del mitote. Chicos y grandes participan con ofrendas y danzas en donde cada momento del día – salida del sol, cenit y puesta del sol- son observados. Cabe añadir, que además festejan con igual pasión la Semana Santa, la Candelaria, las fiestas de San Pedro y el Carnaval mestizo.

En Hollywood, los escenarios duranguenses son reconocidos por su participación en grandes filmes de western norteamericano. La primera película filmada aquí fue en 1954, titulada “White Feather” (“La Ley del Bravo”) producida por la 20th Century Fox. Años después, la fiebre por filmar en estas cálidas tierras se desató y las calles de Durango se volvieron hogar de grandes estrellas del cine internacional como Charlton Heston, Nick Nolte, Autrey Hepburn, Anthony Quinn, Charles Bronson, Shelley Winters, Rock Hudson, John Wayne, Burt Lancaster, Bob Dylan y Richard Gere, entre muchos otros.


Zacatecas

La vocación minera del pueblo zacatecano mantenía a una gran parte de la población ocupada en esta actividad económica. Para trabajar en la minas es necesario trabajar en parejas, donde uno de los mineros pica la piedra y el otro lleva la barreta. Los sábados, al término de las largas jornadas de trabajo, los barreteros salían en busca de amigos y familiares para tomar mezcal y reproducir los ruidos hechos con sus herramientas en la mina al estilo del tamborazo. Estas celebraciones improvisadas solían durar toda la noche y las mujeres del pueblo eran instruidas en pasar a recoger a sus maridos a la cárcel la mañana siguiente en caso de no haber llegado antes al hogar.



Hoy en día, un grupo de 8 o 10 músicos entona la Marcha Zacatecana para comenzar el recorrido por los callejones de la ciudad, tomándose algún descanso de vez en cuando para repartir mezcal de Huitzila a todos los que les acompañan.

En cuanto al arte de la gastronomía, la cocina zacatecana heredó el sabor de la cultura mesoamericana que distingue a gran parte del país. El platillo más representativo es el “asado de boda”, nombre que le corresponde por ser el platillo más popular en las bodas zacatecanas. Su exquisito sabor por si solo es motivo de fiesta, pues en él se conjugan una gran variedad de sabores representados en la carne de cerdo, el chile ancho, el chocolate y diversas especies para agregar el toque final.

Pero el aspecto que más representativo de la cultura zacatecana tal vez es el de las fiestas regionales. Los zacatecanos se visten de gala y color en numerosas ocasiones durante el año para celebrar fiestas patronales, religiosas, cívicas o personales. En enero se celebra la Fiesta de los Papapquis en Nochistlán y las Fiestas del Niño de las Palomitas en Tacoaleche, Guadalupe. En febrero, como en muchas comunidades mexicanas se celebra la Feria del Carnaval y las Fiestas de la Calendaria. Mientras que en marzo, diversos municipios festejan las Fiestas de San José. Durante la Semana Santa se celebra el Festival Cultural de Zacatecas en la capital del estado. Y en junio, en Cuauhtémoc, Zacatecas se realizan las festividades de San Pedro y San Pablo. El Festival Zacatecas del Folclor Internacional es organizado en la capital durante el mes de julio de cada año. En el mes siguiente, también en la capital, se festejan los Morismos del Bracho. En Ojocaliente, Zacatecas, la celebración de la Feria de la Tuna y la Uva viste de alegría las calles durante el mes de septiembre. También en este mes se lleva a cabo la famosa Feria Nacional de Zacatecas, con sede en la capital estatal. En otras comunidades de la entidad, este mes es el elegido para festejar fiestas religiosas como la de la Virgen de la Soledad, la Virgen de la Merced y las fiestas de San Miguel. Las Fiestas de San Juan Bautista en Vetagrande, la Feria Regional de Huanusco, la Feria Regional de Nochistlán en el lugar del mismo nombre, la Feria de Aniversario de Luis Moya, Zacatecas y el Festival Internacional de Teatro de la Calle en la ciudad de Zacatecas alegran los días de octubre. Y para cerrar el año, numerosas ferias regionales son celebradas en las comunidades de Concepción del Oro, Calera de Víctor Rosales, Loreto, Guadalupe, Valparaíso, Villa García, Jalpa, Tabasco y Tepechitlán; mientras que en Fresnillo, sus habitantes disfrutan de las fiestas del Santo Niño de Atocha.



Nuevo León


“¡Arriba el norte, sí señor!” grita un orgulloso regiomontano mientras observa algún partido de fútbol y degusta un sabroso cabrito al pastor.



Así son los regiomontanos, de hablar brusco pero honesto y ante todo muy trabajadores y responsables. Famosos por su dedicación al trabajo arduo y por su conservadora moral, gustan de disfrutar los fines de semana en familia y con una buena comida.

La “carne seca” de origen indígena y el “machito” de origen español, conviven en la mesa con deliciosos platillos mestizos como el cabrito al pastor, los frijoles borrachos, el asado de puerco, las agujas y el corte de res único de la región, la arrachera. El origen ganadero de la zona le confiere una dieta muy alta, sino es que exclusiva, en carnes. La carne asada con salchicha, carne de res, pollo, quesadillas, guacamole y cerveza es el mejor pretexto para reunir a la familia y a los amigos en una ocasión de estrecha convivencia.

En la cocina regiomontana también encontramos carne zaraza de Montemorelos, papitas de Galeana, las dulces glorias de Linares, y el pan de Bustamante, cada uno originario del municipio del mismo nombre.

Las expresiones culturales en forma de danza y música, las comparte en su mayoría con las del resto del norte del país. Las danzas traídas de Europa como la polca, el shotis y redova; además del huapango o jarabeado nuevoleonés, originario de las comunidades de la Huasteca.

A pesar de que el folclor regional no es muy vasto ni está muy arraigado entre los neoloneses, actualmente la capital del estado se distingue por la cada vez más amplia oferta cultural que exhibe. Foros como el Teatro de la Ciudad, escenario de numerosas obras de teatro, conciertos y de la gala que cada temporada presenta la compañía del Ballet de Monterrey; MARCO, el Museo de Arte Contemporáneo, cuya exhibición permanente de obras latinoamericanas es la más grande del continente; el Parque Fundidora, antiguo recinto acerero hoy se ha convertido en un complejo cultural y de negocios representativo de la ciudad de Monterrey al contar con ciclopistas abiertas al público, una pinacoteca, el centro de las artes, el Horno Trex Museo del Acero, una pista de patinaje sobre hielo, la Cineteca de Nuevo León, sede de festivales locales, nacionales e internacionales de cine de cámara alternativa o de arte como también se le conoce, la Arena Monterrey donde se realizan conciertos y otros espectáculos, además del Auditorio Coca-Cola, y el gran Centro de Convenciones de CINTERMEX; entre muchos otros

La cultura de Nuevo León es diversa: nos da orgullo la música norteña, la poesía de Alfonso Reyes, la tradicional carne asada en fin de semana y nuestros parques. Nuestra escena artística es una de las más activas del país.
Mucha de la música regional nuevoleonesa tiene origen centroeuropeo y llegó con los mercenarios del ejército francés. Los instrumentos suelen ser de origen alemán, y los ritmos checos y polacos.
La comida de Nuevo León es práctica y rica. Aquí la agricultura se desarrolló después que la ganadería, por lo que muchos platillos se basan en carne de res, cabra y leche. Otros ingredientes importantes son el maíz y el trigo.
Arte en el asfalto.
                            
                  

San Luis Potosí


La cocina potosina se llena de dulces aromas con la preparación de sus tradicionales enchiladas potosinas, molotes, rabo de mestiza, enchiladas en cacahuate, flor de palma de cerdo, guiso borracho a base de pulque y fiambre potosino. En la zona indígena de la Huasteca, la cecina y el zacahuil son los platillos típicos, acompañados del colonche, bebida alcohólica potosina por excelencia hecha a base de tuna. Los postres potosinos más representativos son el queso de tuna, la gelatina de tuna, la cajeta de leche de cabra y los panecitos de pulque.

La tradición católica está profundamente arraigada en la cultura de los potosinos, por lo que el año calendario está lleno de celebraciones y festejos religiosos que en cada comunidad del estado toman su propia identidad. El 29 de septiembre de cada año se celebra la tradicional fiesta de San Miguel Arcángel en la comunidad de Mezquitic de Carmona, en donde además de las manifestaciones religiosas de rezos, cantos y procesiones, los asistentes tienen la oportunidad de bailar al ritmo de la música de flauta y admirar los fuegos pirotécnicos. Del 1 al 8 de diciembre se festeja en Venado la fiesta religiosa de la Purísima Concepción, amenizada por la danza de los Matlachines.

El Centro de la Gráfica Contemporánea, el Centro de Arte y nuevas Tecnologías, el Centro Cultural de la Huasteca Potosina y el Centro Cultural Mariano Jiménez, además del Centro de las Artes de SLP, se encargan de preservar el acervo histórico de la sociedad potosina y promover la expresión artística, a través de exposiciones plásticas, gráficas, concursos y festivales abiertos al público en general. La relevancia cultural de la entidad, particularmente de la ciudad de San Luis Potosí se refleja en la celebración de numerosos eventos culturales durante todo el año, entre ellos destacan, en marzo el Festival de Música Vernácula y el Festival del Son; de abril a mayo, el Festival de San Luis, en mayo, el Festival Internacional de Letras de San Luis; en septiembre, la Muestra Internacional de Folklore y Artes Tradicionales, el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López; en octubre el Encuentro Bianual de Decimistas y Versadotes de América Latina y el Caribe; en noviembre, el Festival de Música Antigua y Barroca, y en diciembre, se lleva a cabo la Muestra Anual del Folklor y el Festival de Danzas Étnicas de la Huasteca Potosina.

Nayarit 

Habitantes de las montañas desde hace más de dos mil años, los indios coras y huicholes han mantenido a lo largo de la historia de Nayarit su libertad creativa y sus especializadas habilidades artesanales. En México, las mujeres huicholes son conocidas como las mejores tejedoras del país, con impresionante habilidad artística y destreza manual, estar mujeres tejen prendas de vestir y accesorios a base de lana, para después decorarlos con bellos grabados en chaquira.


La religión huichol rige la vida de cada miembro y eso se refleja en cada aspecto de su vida diaria, como por ejemplo con el bordado del Ojo de Dios, el cual se ofrece en el templo con cada año de vida que cumple el hijo recién nacido hasta que cumple cinco años y entonces el Ojo se avienta al mar para dar gracias por haber sobrevivido a los primeros años de vida. De ahí en adelante, el niño ya puede llevar sus ofrendas al dios sol, luna o estrella de la mañana por él mismo.

Para los huicholes, la planta alucinógena del peyote es la representación del dios de la inteligencia. Las Plumas de las aves, como la pluma del gavilán o del águila, son el medio para comunicarse con los dioses. La flecha ceremonial, cubierta totalmente de hilo es el instrumento más importante del chamán o hechicero de la tribu, pues por medio de ella puede ver el futuro, descubrir lo oculto y destruir hechizos.

Proveniente de la redonda isla del Mexcaltitán, el pescado sarandeado es el platillo más representativo de Nayarit. Y es que la cocina nayarita, con su larga costa, se distingue por la adaptación de elementos marinos a los típicos platillos mexicanos, como por ejemplo: las enchiladas, las chimichangas y los sopes de ostión y los tamales de camarón. La alta cocina precolombina aún encuentra lugar en los comensales nayaritas, y es que no es fácil encontrar quién pueda preparar el delicado pero exquisito “tlaxtihuille” o caldillo de atole de maíz y polvo de camarón. Otros platillos típicos son el pollo al estilo Ixtlán del Río, el pipian de pepitas de calabaza, los frijoles puercos, las tostadas de chanfaina o vísceras de puerco, ceviche de pescado o de camarón, camarones rancheros y pescado tatemado, entre muchos otros. Además de los postres que reflejan la abundante variedad de dulces frutas como las cocadas, el plátano pancle, los coyules, la caña de azúcar asada, el pan de plátano, las aqualamas, los jocuixtles, y el arrayán cubierto de azúcar secada al sol. Por último, las bebidas tradicionales no pueden faltar en ninguna mesa ni celebración nayarita, como el tejuino, bebida de maíz fermentado; el licor o el agua fresca de nanche, según la ocasión; agua de cebada, fresca bebida del cereal del mismo nombre, y el tepache de piña.

 

Aguascalientes


Como buen representante de la cultura mexicana, Aguascalientes es una tierra de ricas tradiciones y alegres festividades.



ARTES Y TRADICIÓN


Las múltiples fiestas que se celebran en estas tierras, la Feria Nacional de San Marcos, la Romería de Nuestra Señora de la Asunción, el Festival de las Calaveras y la Feria del Señor del Encino entre otras, nos dan la oportunidad perfecta para conocer los elementos que conforman la rica cultura aguascalentense. La cual es además, apoyada fuertemente por el gobierno, ya que según el Instituto Nacional de Bellas Artes, Aguascalientes es el estado que más invierte en cultura en el país.


La principal industria artesanal del estado es la industria textil. Las finas técnicas del bordado y del deshilado utilizadas dan como resultado prendas y objetos de admiración internacional, y es que aunque son técnicas originadas en Europa, las mujeres del estado las adoptaron rápidamente para reproducir su colorido mundo, dando como resultado, un arte representativo de la región. También se fabrican artesanalmente sombreros y trajes charros, artículos de cerámica, joyería y talabartería.

Su gastronomía es a base de carnes, entre los platillos principales encontramos la birria de barbacoa de carnero de la olla o tatemada, la gallina en salsa envinada y la carne ranchera de puerco. Además, durante los festejos de San Marcos se destaca la preparación de un platillo a base de pollo y frutas al que ningún paladar se puede resistir.


Durante los años cincuenta, Aguascalientes disfrutó de un gran auge vitivinícola ya que cuenta con viñedos productores de vinos de mesa, aguardientes, licores de extractos de frutas y su popular dulce de uvate. Es por esto, que a inicios del mes de septiembre se celebra el Festival de la Uva y el Vino Nuevo, en donde participan las más importantes vitivinícolas del estado.


Pero a pesar de la fiesta y algarabía que traen consigo tantas celebraciones, los aguascalentenses son gente muy tranquila y pacífica. Aún dentro de México, se reconocen por su amabilidad y por defender antiguas costumbres.


Todo esto dentro de un marco de modernidad que no están dispuestos a ignorar, y es por eso que en Febrero de 2007, RyTA – Radio y Televisión de Aguascalientes – estrenó nuevas instalaciones. Con el objetivo de incrementar sus esfuerzos por mantener comunicado al estado a nivel regional, nacional e incluso internacional, ya que no se olvidan de los paisanos radicados particularmente en EUA.


Esta conjunción de pasado y presente la encontramos también en sus actividades deportivas. Uno de los deportes más practicados hoy en día es el frontón; juego que guarda algunas similitudes con la práctica del rebote, el cual se jugaba también en los estados actuales de Zacatecas, Nayarit y el norte de Jalisco hace tres cuartos de siglo. Y consistía en rebotar una pelota con centro de piedra, forrada de hilos y piel de conejo contra una pared.

Asimismo, la intensa actividad ganadera practicada desde la época colonial, dio inicio a las prácticas ganaderas de recreación conocidas como charrería. Estas, han evolucionado en sus reglas y estructura y hoy son consideradas parte de las actividades físicas que identifican a los habitantes del estado.

Jalisco


Cuando un mexicano quiere llorar por el amor mal pagado de una mujer, cuando lejos de su hogar evoca con nostalgia su tierra, cuando lleno de alegría quiere festejar su buena fortuna, recurre siempre al son del mariachi y a una botella de tequila… Esto lo sabemos no sólo los mexicanos sino también los extranjeros, pues se trata de la imagen más conocida que se tiene de nuestra gente, lo que no siempre se sabe es que tanto el mariachi como el tequila son productos de origen jalisciense.



Aunque no se tiene un registro preciso del origen del mariachi, se sabe que en 1848 ya se quejaban los curas de los pueblos jaliscienses sobre el ruido que causaban estos grupos musicales. De origen humilde, se cree que nombre proviene de origen indígena, específicamente de la lengua nahúatl cocul. Los mariachis más famosos provienen de Cocula, Tecatitlán y de la Sierra del Tigre. En 1906 se graban los primeros discos con música de mariachi al mando del jalisciense Justo Villa.


Sin embargo, el conjunto musical del mariachi ha pulido su imagen con el paso del tiempo y la llegada de la fama, primero, el gran actor mexicano Pedro Infante popularizó el uso de dos trompetas en el conjunto, ya que hasta entonces no se utilizaba instrumento de viento alguno. Después, con la aparición de grandes cantantes de la música vernácula como Jorge Negrete y Lola Beltrán, se transformó el tradicional atuendo campesino de los mariachis por el de elegantes trajes que recuerdan al del los antiguos hacendados con relucientes botas, botonaduras y alamanes. Además, la famosa agrupación jalisciense el Mariachi Vargas de Tecatitlán, al mando de Silvestre Vargas, introdujo un importante cambio en cuanto a que los músicos aprendieron a leer música y a producir un sonido más refinado, ya que anteriormente los mariachis ejecutaban las canciones “de oído”, es decir eran músicos líricos.


“Más mexicano que el tequila”, con esta expresión afirman los mexicanos el noble origen de esta famosa bebida alcohólica. Elaborada entre las comunidades prehispánicas, a la llegada de los españoles era utilizada como bebida ritual y se conocía con el nombre de “aguamiel”. La denominación de origen del tequila le corresponde a los valles cálidos y semicálidos de Jalisco, lugar donde se encuentra la planta Agave Azul, pues es ésta la variedad de agave con la cual se produce el más fino y popular tequila.


Actualmente, las comunidades productoras de esta bebida son principalmente los municipios de Tequila, Amatitán, Arenal y Atotonilco. El tequila reposado se obtiene de dos destilaciones del líquido obtenido de la molienda del “mezcal” o corazón del agave; el tequila blanco, ideal para preparar bebidas mezcladas o de cóctel es obtenido por destilación simple

 

 

 

 

 

 

Guanajuato


El “lugar donde abundan las ranas”, ahora Guanajuato, debe su nombre a una comunidad chichimeca que veneraba a las ranas, representadas en dos rocas con forma natural de este animal situadas en el Cerro del Meco o del Chichimeca localizado alrededor de la actual ciudad de Guanajuato.


La gastronomía guanajuatense se destaca por la variedad de sus platillos, ya que cada región hace alarde de la autoría de diversos guisos. Por ejemplo en Comonfort, destacan los nopalitos al pastor, el adobo seco, las fritangas de pobre, la sopa de rabo y el colonche, bebida de tuna fermentada. En Salamanca es famosa la barbacoa de borrego o de chivo; en Celaya la cajeta y los dulces de nuez destacan por su sabor y en Dolores Hidalgo sorprende la variedad de sabores de sus afamadas nieves, entre ellos nieve de camarón, tequila, mole y elote. También son famosas en el estado las pacholas guanajuatenses, el fiambre estilo San Miguel de Allende, los tumbagones, los chiles palominos, la gelatina de pavo y lengua, las rosáceas y las sopas de amor.


Sede de importantes eventos culturales en el país, en 1972 nace en la ciudad de Guanajuato, el Festival Cervantino como un homenaje cultural en honor al escritor Miguel de Cervantes; sin embargo, la popularidad que ganó este festival trascendió fronteras y hoy el Festival Internacional Cervantino es la muestra cultural más importante de Latinoamérica. En su programa actual se realizan conciertos, obras de teatro, exposiciones, performances, venta de artesanías, talleres literarios, entre muchas otras actividades culturales. El festival se realiza en los meses de octubre y noviembre de cada año.


Otro gran evento cultural es la Bienal Diego Rivera, en honor al gran pintor muralista guanajuatense. Diego Rivera fue fundador del Colegio Nacional y fue un afamado pintor con exposiciones en Estados Unidos y Europa. Además, fue esposo de la internacionalmente reconocida pintora mexicana Frida Kahlo.

La principal actividad artesanal del estado es la talabartería, zapatos, bolsos, cintos y monederos de cuero de calidad internacional se ofrecen al público en exposiciones alrededor del mundo. Asimismo, se ofrecen al visitante hermosos objetos de alfarería producida en la Sierra Central, los Altos y el Bajío del estado. Además de los objetos y muebles de madera del municipio de Apaseo El Alto cuya técnica se transmite de generación en generación y la cerámica de alta temperatura de Tarandacuao.

Otro aspecto destacado de la cultura guanajuatense son sus danzas, las cuales se realizan con motivo de alguna fiesta patronal como el día de la Virgen del Refugio, el día de la Virgen del Carmen, el día de la Virgen de los Remedios, el día de la Inmaculada Concepción y el día de María Auxiliadora, entre otros. Al igual que en otros estados, las danzas guanajuatenses reflejan el modo de vida de la sociedad a lo largo de la historia, a veces con motivos de orgullo, otras con el afán de hacer denuncia social y liberar frustraciones. Las siguientes danzas folclóricas son aún realizadas por los bailarines locales, danza de los Viejitos, de los Franceses, de los Moros, de los Chichimecas, de los Sonajeros, del Plumero, de los Pames, de los Compadres y de los Toreritos.




Hidalgo


Hidalgo es uno de los estados de la República Mexicana que conserva más vivas las tradiciones de nuestros ancestros indígenas, como resultado, la riqueza cultural que exhibe en cada aspecto de la vida de su comunidad es símbolo de orgullo nacional. 


Así, experimentar la cocina hidalguense puede ser una de las experiencias culinarias más inolvidables para cualquier paladar, ya que además de la diversidad de platillos típicos, destaca por contar con platillos tan exóticos como exquisitos. Prueba de esto son los platillos de origen prehispánico que aún adornan las mesas hidalgueñas, como los mixtotes, envueltos de carne enchilada sobre la piel del maguey; los chinicuiles, o gusanos rojos del maguey; los gusanos blancos en tacos o fritos con mantequilla; los escamoles al ajillo o huevecillos de hormiga roja; y el zacahuil, tamal gigante de cerdo o carne de pavo envuelto en hoja de plátano. Algunos otros platillos tradicionales son las empanaditas de harina y papa llamadas pastes, la carne de barbacoa, y los dulces típicos de leche, de piloncillo con nuez, de fruta cristalizada, de tuna, de muégano o de piñones. Y así como la variedad de ingredientes es sorprendente, también se utilizan diversas formas de preparación, como los antiguos hornos de tierra, con los que se cocinan las ardillas enchiladas, la barbacoa de cordero y el mole de conejo.

La oferta artesanal del estado es también de una variedad sorprendente; algunas de las comunidades que se distinguen por la calidad de sus productos son Nith, con sus hermosas artesanías de madera con incrustaciones de concha de abulón; en Cruz Blanca abundan los objetos de carrizo; mientras que en el Valle del Mezquital el ixtle, la lana y la madera son la base para elaborar finas creaciones artesanales.

Los numerosos poblados rurales que se ubican en el camino hacia las grandes ciudades aún practican algunas de las celebraciones indígenas prehispánicas de la región. Como ejemplo, el pueblo de Tecolitla realiza la Moxoleua o “destape de los disfrazados” cada mes de diciembre. Esta gran fiesta consiste en el destape de los disfrazados para liberarse del mal que el “choto” o diablo les conminó durante las celebraciones del día de todos los santos en el anterior mes de noviembre; así, los danzantes se descubren sus rostros para simbolizar la libertad de todo mal al ritmo de pegajosos sones y a la luz de los encendidos ánimos de los espectadores que llevan todo el día comiendo y bebiendo para festejar tal acto de purificación.

Con motivo de la aproximación de la Cuaresma, tiempo de penitencia y reflexión, cientos de comunidades mexicanas celebran los carnavales. La población hidalguense de Calnali es una de ellas, ya que cada año, tres días antes de los días santos católicos, las calles se llenan de música, danza y folclor para celebrar los concursos de disfraces y bailar al compás del son de los Matlachines, del Viejito, del Comanche o del Chango.

Querétaro


La gastronomía queretana es muestra de la fusión de dos culturas, la española y la indígena, para dar como resultado la cocina mestiza. Entre los principales platillos típicos destacan las enchiladas queretanas, en nopal en penca, el chivo tapeado y para acompañar, el atole de maíz de teja. Las gorditas de maíz rellenas de migajas, los tamales de masa roja, el queso cocido en piedras de hormiguero, y el peculiar dulce de chilacayote frito en manteca de puerco, bañado en miel aromada con canela. En la Sierra, los “zacahuiles” son tamales gigantescos que alimentan al menos a un par de docenas de personas.


Mármol, ónix, ópalo y turquesa a manos de los diestro artesanos queretanos de la capital y de San Juan del Río terminan transformados en delicadas piezas decorativas y de joyería. En las comunidades de Ezequiel Montes y Vizarrón, se elaboran artesanías en cantera; en Santiago de Mexquitittlán y San Idelfonso, la herencia otomí se transmite en los bellos bordados textiles. Otras artesanías queretanas son artículos elaboradas con vara de sauce, loza y textiles.

El 12 de Septiembre se celebra la fiesta de la Santa Cruz de los Milagros, en la que por 3 días se festeja con danzas locales de Querétaro y los estados vecinos, comida típica, carnavales y otras expresiones culturales. En Tequisquiapan, las fiestas de Santa María Magdalena, patrona de la localidad se celebran la tercera semana de Julio. Destaca la participación de la danza de los concheros y los juegos pirotécnicos. En Teques también se celebra la Feria del Queso y el Vino, industrias de tradición en la localidad. Esta feria es celebrada durante 10 días con fines turísticos. El Desfile de Carros Bíblicos se realiza en la capital cada 24 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesucristo. Las fiestas patronales de cada comunidad son festejadas con procesiones religiosas, abundante comida, música en vivo, misa, danza y fuegos artificiales.


La Danza de los Concheros es de origen náhuatl y se lleva a cabo en todos los estados mexicanos en donde aún sobreviva esta cultura. De origen espiritual, nace del mito del sol, rey y creador de todas las cosas; siguiendo patrones astronómicos de las posiciones de dioses y planetas, los danzantes dibujan figuras geométricas. Después, la búsqueda del hombre por perfeccionarse es representada en la forma de la Guerra Florida. Los instrumentos que se utilizan son de origen prehispánico, el huehuetl, teponaztle, concha de tortuga y la sonaja que los danzantes se atan a los tobillos.

Estado de México


En el Estado de México aún habitan descendientes directos y hablantes de la lengua nativa de algunas de las tribus que habitaban la zona a la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI. Mazahuas, Matlatzincas, Nahuas, Otomíes y Tlahuincas habitan las localidades de Teotenango, Valle de Bravo, San Felipe del Progreso, El Oro, Jocotitlán, Villa de Allende, Atlatcomulco, Almololya de Juárez, Texcoco, Tenango del Valle, Amecameca, Toluca, Metepec y Ocuilan, principalmente.


Gracias a este mosaico de culturas vivas, en el Estado de México se mantienen vivas muchas costumbres y tradiciones de nuestros pueblos ancestrales, como son la celebración de antiguas fiestas religiosas paganas o las resultantes de la mezcla de estas con las enseñanzas impuestas por los misioneros católicos, el más claro ejemplo está en la Celebración del Día de Muertos, en donde la antigua percepción indígena del suceso era el de un estado consecuente y festivo en la vida de cada individuo y cada familia, razón por la cual se organiza una gran fiesta para velar a los que ya están en la siguiente etapa. También se celebran con importancia en el estado, la Semana Santa y la Hermandad de los Crucíferos.

La gran extensión y diversidad que alberga el Estado de México hace imposible que hablemos de una gastronomía generalizada para toda la entidad, a excepción claro está del uso preponderante del maíz en la dieta de todos los mexicanos del país, ya que tendríamos que obviar las características muy peculiares de cada comunidad como es el caso de Aculco, cuyos productos lácteos y en particular sus quesos, son gran motivo de orgullo local y reconocimiento regional. Naucalpan de Juárez es un pueblo “añejo” y por lo tanto es muy celoso en la protección de antiguas recetas culinarias como los platillos preparados a base de carne de venado, conejo, gusanos de maguey, armadillos y charales entre otros. Mientras que Toluca es famosa por su chorizo toluqueño, cuyo ingrediente secreto es el chile jaral y vinagre; además de los ricos tacos de plaza y guisos con un poco de carne de res o cerdo cuya base es el resto de verduras y condimentos que le dan su peculiar y exquisito sabor.


 

 

 

Michoacán


Trajes tradicionales en la región purépecha:
  • Traje de mujer: El traje de la mujer consiste en una falda "sabalina", la cual sujetan con un ceñidor y dejan sobresalir 20 cm de tela para formar el famoso "rollo" de las tarascas. El traje consiste en una falda negra, de pañete, con enaguas blancas de manta. Portan dos ceñidores; el primero sostiene la falda, el otro sirve de adorno. La camisa se usa plegada sobre el pecho y la espalda, con una jareta a lo largo del escote; va bordada sobre los hombros y alrededor del escote, con figuras de flores, perros y otros animales. Los delantales son de cretona, formando cuadros de colores. El peinado consiste en dos trenzas y llevan aretes de diversas formas.
  • Traje de hombre: Su traje consiste en una faja tejida a mano, sobre un traje de manta, y un sombrero de petate o de tubo de trigo.
Uno de los más grandes placeres de los michoacanos se disfruta a la hora de la comida, y es que la gastronomía michoacana es una de las más diversas y exquisitas del país. La sopa tarasca, la sopa purépecha, la sopa de chocolate al metate, el atole negro o de grano, el pescado blanco de Pátzcuaro y las corundas de maíz, son algunos de los más tradicionales platillos michoacanos de origen de prehispánico. Los huevos al estilo Virrey de Mendoza, la crema fría de aguacate, y los chongos zamoranos acompañados de rompope pueden ser degustados en cualquier establecimiento que se jacte de ser michoacano. Otros platillos típicos incluyen las enchiladas morelianas, las corundas michoacanas o tamales envueltos en hoja de maíz; el miguichi, el lomo de res en pepitoria, el caldo de charal estilo Pátzcuaro, la sopa huitzimangan, la col en nogada, el chupiro o mole de olla hecho a base de carne de res, chile ancho y verduras, y lo s uchepos, o tamales de maíz tierno. Entre las bebidas favoritas de los adultos están el aguardiente de caña de azúcar, la charanda, rompope, atole blanco, guacamaya y el licor de membrillo. Sus famosos postres incluyen además de los chongos zamoranos antes mencionados, la capirotada, el ate de membrillo, el helado de pasta de Pátzcuaro y los pasteles de plátano y macadamia; sin olvidarnos de las “aguacatas”, grandes empanadas rellenas de calabaza en dulce.

Como curiosidad, podemos mencionar que en Torécuato se inventó la Feria del Atole, en donde puede mostrarse una exhibición de la gran cantidad de sabores que puede tomar la prehispánica bebida.


En Michoacán de Ocampo, esta fértil producción creativa no se limita a la cocina, ya que los artesanos del estado también se destacan por su prolija producción artística. Así, el Palacio de los Artesanos, o Casa de las Artesanías, es creado en base a la necesidad de promoción y difusión que la rica tradición artesanal michoacana exhibe. Y es que con la llegada de la modernidad, los artesanos michoacanos han perfeccionado y aumentado su producción artística, lo que le confiere una peculiaridad única en el país.


Algunas de las artesanías más populares son, los sillones de madera y cuero de Apatzingán, la loza cambia de Maravatio, las sillas de madera de pino de San Miguel Curahuango, las cestas de mimbre y sombreros de raicilla de Utipitio, los coloridos gabanes tejidos de San Nicolás y destacadamente la antigua tradición alfarera de Coalcoman

 

 

 

Puebla

 

Cuenta la leyenda que una bella princesa traída a México como esclava y proveniente de la India Oriental, fue la creadora del traje de China Poblana. Según se dice, sus extrañas y coloridas ropas indias las mezclaba con ropas indígenas mesoamericanas y europeas españolas, y que de ahí nació el famoso traje mexicano…

Al igual que ésta, numerosas leyendas intentan explicar el origen de muchas de las tradiciones poblanas, las cuales son hoy símbolo de la identidad nacional. Y a pesar del gran debate sobre el origen del traje de la China Poblana, lo cierto es que es un bello atuendo que resalta los rasgos de la mujer mestiza mexicana.


De la misma manera, la cocina de casa hogar en Puebla, se enorgullece de ser creador de los famosísimos chiles en nogada, los cuales se crearon para recibir al victorioso ejército trigarante al mando de Agustín de Iturbide al culminar la Independencia Mexicana. Así, cada 28 de Agosto, en celebración de la entrada del héroe insurgente, se elabora este exquisito y representativo platillo tricolor.

Otros platillos típicos de la gastronomía poblana son las chalupas, las cemitas o panes con ajonjolí, y el internacionalmente reconocido, mole poblano. Tradicionalmente, las monjas de los conventos poblanos eran muy buenas cocineras, y a las cocineras del convento de Santa Rosa se les atribuye la creación de este suculento guiso. Y es que el misterio sobre su elaboración, la cual se lleva a cabo utlizando más de una docena de ingredientes tan diversos como el chocolate, el chile pasilla, frutas secas, cacahuate y semillas permite disfrutar aún más este legado mestizo.


Si dividimos la cocina poblana en zonas, por grupos de influencia cultural tenemos que en la sierra nororiental los platillos típicos más destacados son los hongos azules con salsa de tomate, las lentejas con puerco, el tamal de conejo y el popular mixtote de conejo. Mientras que en la sierra del norte, las cocinas huelen a chiles huachinangos curtidos, pan de queso, pollo encacahuatado, cecina de la sierra del norte y café. Algunos de los platillos de origen mixteco poblano son el chileatole verde, los ayocotes adobados, el mole de caderas y el zapote negro. Por último, la zona del centro del estado nos ofrece huazontles al vapor, truchas al epazote, sopa de chile poblano, sopa a la reina, memelas, chiles en nogada, dulce de pitahaya y rompope. Y no olvidemos los deliciosos dulces poblanos herencia de las monjitas de los conventos de Santa Clara y Santa Rosa, tales como los dulces de camote, las marinas de nuez, los borrachitos, las frutas cristalizadas, las duquesas, los caracoles, los macarrones, el jamoncillo, los caballitos de panela y los molletes, entre muchos otros.


Desde mediados del siglo XVI en Puebla se elaboran los objetos en Talavera. Este arte, traído a México por los misioneros dominicos, cobró adeptos rápidamente y desde entonces es símbolo de la artesanía poblana. Su actual importancia la coloca en la forma de arte más importante de todo el país. Actualmente, la Talavera poblana se produce en casas de artesanos cuyo logo y procedencia debe estar inscrito en cada pieza producida para su autentificación.

Otra artesanías de importancia en el estado son las deidades elaboradas en papel amate, cuyo significado mágico del bien o el mal es representado según el color del papel; la plata de Amozoc, cuya elaboración más famosa es la de las espuelas de plata con incrustaciones de concha nácar, marfil o hueso; los objetos de ónix o alabastro producidos en la apacible villa de Tecali también son de gran valor artesanal, así como las delicadas esferas elaboradas por los artesanos de Chignahuapan.

La riqueza histórica y cultural de Puebla también se ve reflejada en sus fiestas. Al igual que en otras comunidades mexicanas, la celebración del carnaval unos días antes de los días santos católicos, tiene grandes exponentes como es el caso de la comunidad de Huejotzingo, cuyo carnaval se destaca por la calidad y colorido de los disfraces que se utilizan. Por otro lado, la ejecución del Huey Atlixcáyotl es celebración viva de la permanencia de las culturas indígenas en la zona de Atlixco. Este ritual, realizado cada último domingo de septiembre, consiste en la veneración al dios Qutzalcóatl en agradecimiento por las cosechas obtenidas. La recreación de las costumbres prehispánicas permite además mantener viva la tradición de nuestros pueblos ancestrales.


La llegada del primer equinoccio del año cada 20-21 de marzo se festeja sobre la pirámide Tlachihualtepetl. Localizada en Cholula, la pirámide ofrece el espacio sobre el cual los seres ahí colocados se cargarán de energía positiva cuando los rayos del dios sol caigan sobre el ecuador. Otras grandes fiestas poblanas son la Feria del Café y de Huipil, Día de Muertos, Equinoccio en Cantona Fiesta del Santo Entierro y las Ferias de las Flores.

 

 

Chiapas




FERIA DE CHIAPA DE CORZO


La feria más grande es la de Chiapa de Corzo, en esta localidad, cada año se visten de fiesta sus habitantes desde el día 8 de enero hasta el día 23 del mismo mes. Durante las 3 semanas de festejo se celebran a los santos patronos de San Antonio Abad y al Señor de Esquipulas, también se representa el combate naval que sostuvo la gente de Chiapa de Corzo contra los españoles en el Rio Grijalva. Los fuegos pirotécnicos, los desfiles, las grandes comidas, los bailes, y los disfraces de “parachicos” y chiapaneca inundan las calles de algarabía y color, durante la feria más concurrida de la región.

Los Parachicos. Cuenta la leyenda que una adinerada mujer española llegó a Chiapa de corzo proveniente de la antigua ciudad de Guatemala a mediados del siglo XVIII, se llamaba Doña María de Angulo. El motivo de su viaje era la enfermedad de su pequeño hijo. Una vez que encontró a un curandero al que buscaba, su hijo sanó y feliz regresaron los dos a su hogar. Años después, toda la región de Chiapas se vio asolada por plagas de langostas que acabaron con todos los sembradíos y esparcieron hambre y enfermedades entre la población. Ante tal catástrofe, Doña María de Angulo regresó a Chiapa junto con sus sirvientes para repartir frijol, maíz, gallinas y dinero como muestra de agradecimiento por la sanación de su hijo. Por esto, cuando sus sirvientes repartían las monedas, gritaban “para el chico, para el chico”, en referencia a los pequeños chiapanecos.

Con motivo de esta buena obra, los habitantes de Chiapa de Corzo hacen el desfile de Los Parachicos, donde una pequeña es elegida para representar a la generosa señora y repartir dulces entre todos los niños.


CARNAVAL DE TUXTLA


Dentro de los límites de la capital chiapaneca habitaba la etnia zoque. Como resultado de la conquista española, sus miembros festejaban cada año, durante la semana santa el carnaval zoque. Esta celebración conjugaba elementos de la nueva religión judeocristiana con tradiciones prehispánicas zoques. Los elementos de la música y la danza tenían el lugar principal al representar varias danzas como el Baile de las Viejas, “Suyu-Etzé”, y el Baile de las Espuelas, “Tonguy-Etzé”. El baile principal de esta celebración era el de la Pluma de Guacamaya o del Danzante, “Napapuc-Etzé”, durante el cual los hombres de la etnia se vestían de mujeres y danzaban al ritmo del tambor y el pito.


Sin embargo, la desaparición de esta comunidad se llevó consigo los elementos originales de la feria y dio lugar al carnaval mestizo de Tuxtla. Celebrado en las mismas fechas, el nuevo carnaval ha incorporado elementos de la cultura moderna como la coronación de un rey feo y la reina del carnaval, el entierro de Juan carnaval, el desfile de carros alegóricos, y diversos concursos como el de la cerveza y los pasteles, entre otros.


CARNAVAL DE SAN JUAN CHAMULA


Al ritmo de la danza del Bolonchón, los hombres chamelas bailan vestidos de mono “mash”, para después realizar una carrera frente a la iglesia del pueblo en donde pasan sobre brasas ardiendo.



MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Como respuesta a las condiciones de desigualdad y discriminación en que viven los pueblos indígenas de México, y particularmente de los que residen en tierras chiapanecas, la sociedad civil ha creado distintos grupos de apoyo tales como el Centro de Medios Independientes de Chiapas. Este centro, que cuenta con pares en grandes ciudades del mundo como Seattle, Melbourne y Praga, se dedica a difundir libre y gratuitamente cualquier noticia relacionada con la lucha indígena por el mundo.

MÚSICA

El canto y son de los antepasados indígenas a su paso por las espesa Selva Lancadona, por los refrescantes Lagos de Montebello, y por la fría Sierra del Soconusco hoy es difícil de escuchar… Sin embargo, su legado musical perdura en un instrumento reconocido internacionalmente de manufactura mexicana, la marimba.

La marimba como hoy la conocemos, ha sufrido diversas transformaciones físicas que han permitido que grandes maestros musicales chiapanecos como Manuel Bolán, Corazón de Jesús Borraz, Rafael de Paz y Federico Álvarez del Toro hayan perfeccionado su ejecución para llevar a Chiapas a las audiencias más importantes del mundo.

Por otro lado, algunas de las etnias, como los zoques, mantienen vivas sus tradiciones musicales y los instrumentos que las hacen posibles, como tambores y pitos. Otras, como los tzotziles, se adaptaron al cambio que significó en sus sociedades la conquista española y adoptando los instrumentos musicales que los europeos introdujeron, como la guitarra y el arpa, acompañan sus celebraciones.

LITERATURA

Jaime Sabines, (1926-1999), el poeta mayor de México, es originario de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Entre sus obras más destacadas se encuentran La señal (1951), Adán y Eva (1952), Tarumba (1960), Diario semanario y poemas en prosa (1961), Yuria (1967), Maltiempo (1972) y Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973). Obras que le valieron numerosos premios, pero su verdadero legado fue el ser un poeta popular. Las obras de Sabines entraron a las casas de millones de lectores hispanoparlantes que nunca se han interesado por la poesía o por cualquier otra forma de arte literario, pues en él encontraron la pasión de vivir alegrías y desesperanzas, sin siquiera saber que la pasión que sentían tenía forma de poesía, pero…Yo no le sé de cierto. Lo supongo.


Rosario Castellanos, (1925-1974), nación en la ciudad de México pero inmediatamente fue llevada a vivir a Comitán, Chiapas. Durante toda su trayectoria se destacó por ser promotora de la cultura mexicana, particularmente de la cultura indígena chiapaneca. Poeta, novelista, ensayista, crítica literaria, catedrática y diplomática, Rosario Castellanos se dedicó a denunciar la desigualdad social y de género en México.

Sus principales obras incluyen Balún Canán (1957), Ciudad Real (1960), Álbum de Familia (1971), Oficio de Tinieblas (1962) y el Eterno Femenino (1975).

Tabasco


La tradición de la cultura tabasqueña es la de comer 7 veces al día, y cómo no si las cocinas están llenas de color, aromas y texturas exquisitas. Entre los principales platillos típicos destacan aquellos elaborados con los frutos del mar, como el pejelagarto, pez endémico del estado. Algunos de los platillos más populares son, el pejelagarto asado, tamales de pejelagarto, chirmole de pejelagarto y empanadas de pejelagarto. También elaborados con exóticos ingredientes están el robalo a la tabasqueña, el langostino o pigua al mojo de ajo, la torta de iguana y el pochitoque en verde.



La creatividad tabasqueña se refleja en su cocina desde la época prehispánica, cuando se inventó el chocolate. También con la herencia de las culturas indígenas Maya y Chontal, así como con el legado español, este último reconocido en las butifarras, longanizas y quesos.

También como parte del folclor tabasqueño están las antiguas danzas del Pochó y del Caballito. La más famosa de ellas es la Danza del Pochó realizada durante la celebración del Carnaval justo antes de los días santos católicos. En ella, los Cojoes representan el bien luchando contra el maligno dios Pochó; sin embargo, durante el desarrollo de la batalla, los cojoes revelan su lado travieso y “maloso” al mojar o aventar harina de manera sorpresiva a los presentes. Esta celebración es originaria de Tenosique, Tabasco, localizado en la frontera con el vecino país centroamericano de Guatemala.

La Danza de los Caballitos es la representación de la pelea que los indígenas sostuvieron contra los españoles en la batalla de Centla, lo que es admirable de esta representación es que celebra el momento en que los indígenas se dieron cuenta que los jinetes y los caballos no eran una sola entidad, sino dos seres individuales.

Otras celebraciones populares en las comunidades tabasqueñas son el Festival de la Santa Cruz en Teapa, la Fiesta de Nuestra Señora de Santa Ana celebrada en Sánchez Magallanes, las Fiestas de San Antonio, organizadas en Cárdenas, y la Festividad de San Isidro Labrador en Comalcalco. la Festividad de San Román en Paraíso es acompañada del ritmo de “Los Tamborileros de San Marcos”, quienes ejecutan las piezas musicales con tambores y flautas de carrizo y se niegan a dejar morir la tradición de una profesión que hoy en día muy pocos músicos están dispuestos a perpetuar.

Campeche


El estado de Campeche ofrece al visitante un despliegue de gran riqueza cultural contenida en cada manifestación de la vida cotidiana de sus habitantes.

1.    FIESTAS

Fiesta del Cristo Negro de San Román
San Román Mártir es el Santo Patrono del estado de Campeche, el cual es objeto de gran veneración por parte de todos sus habitantes. Y es que en 1565, poco después de fundada la Villa de San Francisco de Campeche, ésta resultó muy dañada por el ataque de una plaga de langostas que azotó la península. Entendiendo tal infortunio como un castigo del cielo, los habitantes de la villa decidieron echar a la suerte la elección de un santo que fungiera como patrono protector. Y para la construcción del templo donde se le rendiría culto se mandó pedir un cristo negro que arribó de Europa.
Así, nacen las fiestas del Cristo Negro de San Román.

Carnavales
Con origen hace 450 años, los carnavales celebrados en el estado de Campeche son testimonio del legado español en suelo mexicano. Así, cada mes de febrero, se celebran a lo largo del estado estas festividades populares, en donde destacan actividades como el desfile del entierro del mal humor, el desfile de las flores, concursos de disfraces y de carros alegóricos, festivales musicales y las coronaciones de los reyes de cada carnaval.

Día de Muertos
A pesar de ser una celebración que se realiza en gran parte de México, el origen maya de estas tierras le confiere una particular importancia. Por lo que, a partir del 31 de octubre inician las peregrinaciones hacia los panteones para recordar con alegría a los muertos y los días 1 y 2 de noviembre se montan los altares con las ofrendas con que estos se deleitarán, particularmente el pibipollo, platillo típico campechano.


2. MÚSICA

Los campechanos se distinguen, como gran parte del pueblo mexicano, por su algarabía y su pasión por la música y la danza. Como testimonio de esto, se cuentan entre sus bailes representativos más de una docena de jaranas nacidas de la historia de este vivaz estado costero.

Entre las jaranas (bailes zapateados típicos de la Península Yucateca que comprende además a Quintana Roo y a Yucatán) más importantes podemos mencionar las Chancletitas – en alusión al calzado popular de las campechanas; la Guaranducha con influencia negra; el Pichito Amoroso – en imitación de los movimientos del pájaro del mismo nombre, quien se distingue por ser el ave más amorosa de entre todas las aves; los Aires Regionales; el Jarabe Cubano; el Baile del Almud; La Flor de la Malagueña con marcados orígenes españoles; el Jarabe Gatuno – alguna vez prohibido por sus inapropiados movimientos y el Fandango, entre otros.

3. GASTRONOMÍA

La destacada cocina campechana es fruto exquisito de la mezcla de las cocinas maya, española y pirata europea; y es hoy testimonio de la cultura de su gente.

El alegre vendedor ambulante ofrece sus manjares con populares rimas que a gritos avisan de su paso a las cocineras del hogar. Mientras los hombres acuden a los mercados a comprar el resto de las provisiones, costumbre que proviene de la época en que por miedo a los piratas, las mujeres se quedaban resguardadas en casa. Al llegar la hora de la comida, el platillo a degustar corresponde al día de la semana en turno, pues como costumbre, el menú de la semana se repite a la semana siguiente y a la siguiente y a la siguiente.

El suculento y abundante menú de la cocina campechana es imposible de enumerar. Algunos de los platillos con ingredientes de mar incluyen el pan de cazón, los pescados papaché, sierra, esmedregal, rubia, pámpano, cherna, mantarraya, pargo dientón, ángel y muchísimos otros. Los camarones de sus aguas son los más solicitados en todo México; de entre todas sus clases, los camarones pequeños campechanos son los más sabrosos.
Otros platillos que se destacan por su sabor único son el pibinal, los tamales rellenos y los chiles rellenos y las salsas preparadas a base de chile habanero o de achiote.

4. ARTESANÍAS

Destaca la fabricación del sombrero de panamá, que contrario a toda creencia no es elaborado en el país del mismo nombre. Los hombres artesanos de Becal, Campeche que se dedican a la elaboración de estos sombreros tejidos a base de palma de jipi, deben internarse en pequeñas cuevas húmedas, ya que la fibra es muy delgada y sólo en estas condiciones puede moldearse y lograr los exquisitos tejidos que las hábiles manos de los creadores logran.
Además, en el resto del estado se practican el antiguo arte de la alfarería (arte en cerámica), talabartería (arte en cuero), artesanías con objetos de mar como conchas y caracoles, entre otras.


Quintana Roo


Recordemos que Quintana Roo perteneció a Yucatán hasta principios del siglo XIX y que no fue sino hasta 1935 que pudo mantener su independencia. Así, este atractivo estado turístico comparte su historia y tradiciones con la reconocida cultura yucateca.

Un claro ejemplo es la gastronomía, la cual está dominada por antojitos yucatecos como papadzules, cochinita pibil, panuchos y salbutes; y las exquisitas especies pipián y chirmole. Además de los suculentos platillos que se pueden preparar a base de los frutos del mar Caribe que baña sus costas. Y no olvidemos que los altos estándares de calidad que los servicios turísticos de la zona ofrecen, incluyen restaurantes con menús de cocina internacional de la más alta calidad.


Las fiestas y danzas tradicionales también provienen del vecino estado peninsular, como los bailes de las jaranas, de las cintas y la danza de la cabeza del cochino. Un baile tradicionalmente quintanarroense es el de los chicleros, es decir, de los campesinos que se aventuraban adentro de la selva para obtener el chicozapote con el cual se obtiene el chicle. Los festejos del carnaval, herencia colonial, también se celebran durante las principales fechas religiosas católicas.

El legado maya, es palpable durante las celebraciones religiosas de sus antepasados en honor a los antiguos dioses que conforman su mitología, como Chac, dios de la lluvia; o la Ceiba, árbol sagrado.

Las artesanías en la costa son elaboradas a base de materiales marítimos como conchas y caracoles, las de coral negro, son las más apreciadas. En el resto del territorio, algunas poblaciones mayas tejen sarapes y elaboran objetos de madera y bejuco

 

 

Distrito Federal


Los millones de capitalinos, para ser más exactos 8.7 millones, que viven actualmente en el Distrito Federal son en su mayoría descendientes de mexicanos de la provincia, de españoles, franceses, italianos, chinos, estadounidenses, libaneses y otros extranjeros que huyendo de crisis en sus países llegaron a la gran ciudad de Mexico, la cual es hoy una de las ciudades más cosmopolitas del mundo.


Es así que la cultura “chilanga” contemporánea, como despectivamente se les llama en el resto de México, es resultado de una gran fusión cultural en donde todos tienen cabida. Así, las expresiones religiosas por ejemplo, tienen cada una su espacio propio para expresarse, ya sea una sinagoga o un majid islámico. En cuanto a la religión que moldeó la cultura mexicana, el Catolicismo, el culto de los capitalinos por la Virgen de Guadalupe es uno de los rasgos más fuertes de su identidad, la Guadalupana es madre interventora de los mexiquenses ante Dios Padre y al mismo tiempo es morena y humilde como nuestros antepasados indígenas. Por lo que en su recorrido por la ciudad encontrará profusas muestras del fervor religioso de en forma de vendedores de artículos religiosos, imágenes de las vírgen en taxis, automóviles y camisetas; y multitudes que visitan cada día el templo de la señora de los mexicanos, la Basílica de Guadalupe.


Con una densidad de 5,800 habitantes por kilómetro cuadrado, la capital mexicana ocupa el primerísimo lugar en este rubro, lo que significa para los capitalinos una lucha constante por todo, es decir, la sobrepoblación que experimenta la ciudad ha dado forma al carácter chilango en cuanto a que aquí al que se descuida le ganan el trabajo, el proyecto, la oportunidad y cualquier otra cosa que alguien más habilidoso y despierto le pudo arrebatar, por lo que su actitud en el empleo y en general en la vida, es muy distinta del mexicano provinciano que no tiene que cuidarse la espalda constantemente para sobrevivir.


En cuanto a la oferta gastronómica que encontrará aquí, está de más prevenirle que no sabrá por dónde comenzar, ya que es tan vasta la variedad de cocinas y estilos que muy fácil confundirse. Sin embargo, le recomendamos comenzar por lo más simple, la tradicional cocina capitalina que consiste en desayuno de tacos “de canasta”, preparados a base de ricos guisos caseros; a mediodía una buena torta de embutidos o rica barbacoa de cordero, pero deje espacio para merendar un sabroso pan dulce, ya que las panaderías mexiquenses se distinguen por su buen pan, como los volcanes, conchas, churros y donas; terminando el día con unos sabrosos tacos de suadero o quesadillas de flor de calabaza y huitlacoche.

Un lado de la cultura capitalina que más sorprende al visitante es la cultura vial. Las grandes avenidas y ejes viales de la ciudad parecen estar siempre sobrepasadas en capacidad y como respuesta los automovilistas han desarrollado la habilidad de manejar siempre a la defensiva e intentando siempre ganar un poco de ventaja al reloj, ya que saben les espera dos o hasta tres horas de camino a casa. Por lo que le recomendamos armarse de paciencia, y si usted es el que maneja, no olvide cargar consigo un mapa vial de la ciudad, ya que muy pronto descubrirá que la ciudad está planeada en anillos en donde puede encontrarse dando la vuelta una y otra vez.


El calendario festivo en la ciudad de México es muy similar al del resto del país, aquí se festejan con grandes celebraciones la Semana Santa, en marzo o abril según el calendario litúrgico católico; las Fiestas Patrias, 15 de Septiembre; el Día de Muertos, 2 de noviembre; y las tradicionales posadas y peregrinaciones católicas con motivo del nacimiento del niño Jesús cada mes de diciembre.

Particularmente destaca la celebración de Semana Santa en la delegación de Iztalapa al oriente de la capital, en donde el ritual de la Pasión de Cristo es internacionalmente famoso.

Morelos


Al igual que en otras entidades mexicanas de gran tradición, en Morelos se celebran las fiestas del Carnaval durante los días previos a la celebración de los días santos católicos. En Tepoztlán por ejemplo, se lleva a cabo uno de los carnavales más populares del estado, donde chicos y grande se divierten observando las competencias de comparsas musicales para después disfrazarse con largas túnicas, máscaras y amplios sombreros para danzar al contagioso ritmo del “brinco del Chinelo”, y es que los chinelos son danzantes que se distinguen por su gran habilidad y resistencia para saltar y hacer brincos complicados en su recorrido por el pueblo. Como en cualquier fiesta folclórica, la comida y la bebida típicas de la región no pueden faltar, así como el mercado de artesanías morelenses.


El simbolismo indígena mezcla de la nueva fe cristiana es celebrada durante las celebración del Reto del Tepozteco. El 8 de septiembre de cada año, en Tepoztlán, Morelia, la comunidad sale en procesión rumbo a la pirámide del Tepozteco para depositar ofrendas y alimentos en honor de la conversión del rey Tepoztécatl a la nueva religión católica.


La tradición y fe del pueblo morelense es palpable también a través de las fiestas del Día de Muertos. En Ocotepec, las familias montan los altares en sus casas para recordar a sus muertos y especialmente realizar las Ofrendas Nuevas a aquellos que murieron en el último año. En el cementerio, las tumbas son profusamente adornadas con coloridas flores de cempasúchil formando cruces, flores u otro objeto decorativo.


La mejor carne de cecina del país se guisa en la cocina morelense de Yecapixtla, la cual puede servirse acompañada de uno ricos frijoles “acoyotes” y de postre nieve de Cuernavaca o Tepoztlán en su infinidad de originales sabores, como son la nieve de aguacate, de rompope, arroz con leche o elote, además de los tradicionales sabores de frutas o chocolate, cajeta o vainilla. Pero tal vez una de las mejores partes de la cocina de Morelos sean sus mercados llenos de color, aromas y variedad de productos, flores y guisos preparados ahí mismo.

Tlaxcala


De manos diestras y colorida imaginación, los artesanos tlaxcaltecas esculpen tan finamente la madera, como la plata o el barro. Aún sin ayuda de tornos o ningún otro instrumento, los habitantes de San Sebastián Atlahapa dan vida al barro; mientras en Tlatempan las máscaras de carnaval alcanzan singular refinamiento. En Tizatlán, una tradición simbólica es la elaboración de intrincados bastones o teponaxtles que además de ser un auxiliar en el caminar de los viejos, sirve de augurio para una larga vida.


La joyería de plata de Tlaxco es famosa en todo el país, y los “saltillos” son antiguos diseños precolombinos aún tejidos en los hermosos sarapes y tapetes elaborados en las comunidades de Santa Ana Chiuatempan y en Guadalupe Ixcotla. Pero los artistas de Españita son los más hábiles al elaborar innumerables figuras hechas de hoja de maíz seca; aunque las casitas de paja de centeno y trigo construidas en Tequexquitla merecen también ser mencionadas.

Con la construcción de tantas iglesias en la época de la colonia, era necesario encontrar quien fundiera las imponentes campanas que anunciaran el inicio de las misas católicas, y en el barrio de Ocotoxco en Yauhquemecan, a mitad del siglo XVI se fundió la primer campana de la Nueva España; oficio aún vivo en la actualidad. Al igual que Xalostoc, en donde se elaboran los antiguos juegos pirotécnicos o fuegos artificiales que alegremente visten de brillo la noche en que se celebra algún festejo o día especial.


De igual manera, la cultura tlaxcalteca mantiene vivas ancestrales danzas bailadas durante la celebración del carnaval o cualquier otra gran fiesta patronal. Una de las principales danzas aún bailada es la de los “Huehues” o viejos, y cuya representación en cada comunidad toma un toque personal de la misma. La Danza de las Cintas es representada por niñas que ondean un mástil con numerosos y coloridos listones; la danza del dios sol, Tónatl, termina con una lluvia de flores arrojadas por las doncellas de la localidad; y Las Cuadrillas danzada en los barrios de Ocotoxco, Zimatepec, Huiloac, Tizatlán y algunos más.

La riqueza de la gastronomía prehispánica tlaxcalteca se funde con la cocina española para dar como resultado una de las más exquisitas cocinas mestizas del país. Antiguos ingredientes como el maíz, cimiento de la cocina prehispánica en todo México, maguey, nopal, epazote, perejil, calabaza, miltomate, verdolagas, venado, guajolotes, liebre y huilota aún son utilizados por los cocineros tlaxcaltecas en la elaboración de los más finos platillos mexicanos.

Gusanos de maguey y pencas que envuelven un sabroso cordero asado, barbacoa de pozo acompañada de una ensalada de nopalitos con queso y perejil, tlatoyos de frijol y queso acompañados de atole y piloncillo… un menú interminable que nos remonta siglos atrás al momento en que dos grandes culturas se fusionaron para cocinar el presente.

Sinaloa


Si bien es cierto que la llegada de los conquistadores españoles transformó a la sociedad mexicana compuesta de numerosas etnias prehispánicas, también es cierto que algunos elementos de estos, nuestros antepasados originales aún subsisten entre nosotros. En Sinaloa, en el medio rural se practica actualmente el juego de ulama, que consiste en una versión del antiguo juego de pelota mesoamericano, en donde gran fuerza física y destreza son requeridas para no salir lastimado. La danza de la Pascola y la Danza del Venado (que comparte con los sonorenses) son también legado indígena. Algunos vocablos, nombres de pueblos, ríos y palabras comunes son de origen cahita en su mayoría. Y qué decir de la gastronomía, arte cuya herencia indígena confiere a la cocina mexicana el más alto lugar entre las cocinas del mundo.

En particular, la cocina sinaloense se distingue por sus guisos; los guisos más populares son el de colacho, de calabacitas, de machaca, caldo zuzule, el borrego tatemado y el chicharrón de camarón. Otro delicioso platillo es el de taquitos de leche y queso en salsa de chile seco. Pero el platillo que más popularidad le ha conferido es el chilorio, deliciosa carne deshebrada finamente y marinada en una rica salsa condimentada. Además, antes de la veda de la tortuga caguama, se preparaban deliciosas sopas y tacos de aleta que hoy en día se sustituyen con la mantarraya para preservar la tradición de la preparación de estos suculentos platillos.



Colima


El colimense, colimota, colimeño como prefiera llamarle, es tranquilo, relajado, hospitalario, feliz. Sentado bajo la apacible sombra de una palmera en una de las tantas plazas de la ciudad, se refresca bebiendo sorbos de una fría tuba. A su alrededor, pintorescas casas adornan las calles y numerosas palmeras cocoteras se mecen al compás del dulce viento con olor a sal.

Uno de los grandes placeres de los colimeños es la cocina. Debido a lo cual numerosos platillos típicos adornan sus mesas, preparados principalmente a base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos. Diversas variedades de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata, de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo moyos o cangrejo moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo deleitan los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su originalidad el cebiche colimeño y el pescado a la talla. También, los dulces postres de frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos deshidratados y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor.


Para refrescarse basta con buscar un “tubero”, personaje típicamente colimeño que no duda en trepar por una palmera para bajar con lo que será el néctar que sofocará cualquier calor, la tuba. Y es que, aunque originario de Filipinas, en México el tubero es colimeño. Profesión transmitida de generación en generación, el tubero obtiene la espiga de flores de la palma de coco para preparar una refrescante y deliciosa bebida que junto con el tejuino y el bate forman parte de la tradición colimeña de bebidas naturales.




El “mariachi de arpa”, que sustituye a la tradicional trompeta por un arpa), es la expresión musical típica de los colimeños. Al compás de los sones y jarabes más tradicionales alegres danzantes y devotos festejan alguna de las muchas fiestas patronales católicas de cada comunidad. Los sones más representativos del estado son El Camino Real de Colima, Las Comaltecas, El Perico Loro, El Palmero, El Pasacalles, La Iguana de Tecomán, El Pedregal, LE Pitayero y Los Morismas.

Los tejidos de otate, de carrizo y del zopilotote construyen hermosas artesanías de gran valor artístico. Los artesanos de Suchitlán producen todo tipo de canastas y cestos que han dado a la región fama internacional.
También motivo de orgullo son las pinturas históricas del muralista Jorge Chávez Carrillo, artista colimeño dedicado a contar la historia mexicana a través de la expresión plástica. Otros pintores importantes son Gabriel Portillo y Francisco Vázquez

Oficialmente llamados colimenses. Se mencionan otros gentilicios por ejemplo colimote(a), colimeño(a). Una leyenda colimense lo describe como alguien tranquilo, relajado, hospitalario, feliz. Sentado bajo la apacible sombra de una palmera en una de las tantas plazas de la ciudad, se refresca bebiendo sorbos de una fría tuba. A su alrededor, pintorescas casas adornan las calles y numerosas palmeras cocoteras se mecen al compás del dulce viento con olor a sal. Uno de los grandes placeres de los colimenses es la cocina. Debido a lo cual numerosos platillos típicos adornan sus mesas, preparados principalmente a base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos.

Portal Medellín en Colima.

Diversas variedades de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata, de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo, moyos o cangrejo moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo deleitan los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su originalidad el ceviche colimense y el pescado a la talla. También, los dulces postres de frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos deshidratados y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor. Para refrescarse basta con buscar un “tubero”, personaje típicamente colimense que no duda en trepar por una palmera para bajar con lo que será el néctar que sofocará cualquier calor, la tuba.

Y es que, aunque originario de Filipinas, en México el tubero es colimense. Profesión transmitida de generación en generación, el tubero obtiene la espiga de flores de la palma de coco para preparar una refrescante y deliciosa bebida que junto con el tejuino y el bate forman parte de la tradición colimeña de bebidas naturales. El “mariachi de arpa”, que sustituye a la tradicional trompeta por un arpa), es la expresión musical típica de los colimeños. Al compás de los sones y jarabes más tradicionales alegres danzantes y devotos festejan alguna de las muchas fiestas patronales católicas de cada comunidad. Los sones más representativos del estado son El Camino Real de Colima, Las Comaltecas, El Perico Loro, El Palmero, El Pasacalles, La Iguana de Tecomán, El Pedregal, El Pitayero y Los Morismas. 

Los tejidos de otate, de carrizo y del zopilotote construyen hermosas artesanías de gran valor artístico. Los artesanos de Suchitlán producen todo tipo de canastas y cestos que han dado a la región fama internacional.











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